miércoles, 19 de mayo de 2021

La Ciencia en Nuevo Sistema

 La ficción en las viejas novelas es la ciencia de hoy.


En la novela "Proyecto Nueva-Tierra", la primera de la saga inspirada en Nuevo Sistema, presenté por primera vez al Agente Saddai. En el primer capítulo, a solo cuatro páginas de la portada, el Agente se lleva la mano detrás de la oreja, para comunicarse con la central. En ese momento creía haber inventado un comunicador neuronal, capaz de conectar al portador con cualquier sistema de comunicación.

  Hoy lo conocemos como Neuralink, uno de los proyectos del tío Musk.


Años después me aventuré con una novela, dedicada especialmente al peculiar Agente de Protocolo "Los viajes de Saddai". En esta nueva aventura, conocemos las vías subterráneas, por las que circulan vehículos eléctricos, para llegar a estaciones de tren (también eléctricos) capaces de alcanzar los 1.000 Km/h.

  Una vez más, el tío Musk nos sorprendió con la estación del hiperloop en Las Vegas.

 
Hace  unos años, me sentí lo bastante valiente como para escribir una novela juvenil. Manteniéndome en el futuro hipotético de las novelas de Nuevo Sistema, escribí la primera entrega de las aventuras de Temi Jan, "El sol de Medianoche". Los personajes practican un popular deporte, subidos a un Skid, es decir un patinete sin ruedas, un aeropatín, o un skate volador. 

En esta ocasión se trata de la compañía Omni Overboards.

Pero no acaba aquí el asunto.
  Inspirado en las pulseras deportivas (fitbit) y los relojes conectados al movil (samrtwatch), imaginé unas pulseras capaces de unificar los dos conceptos y, además, servir como forma de pago. Una pulsera capaz de llamar por teléfono, comprobar tus constantes, servir de sistema de localización gps y poder utilizarla como tarjeta de crédito.


Esta mágica pulsera, con tantas aplicaciones y funciones, no solo es una realidad, algunos bancos incluso la ofrecen en su catálogo, como forma de pago. Se la conoce como pulsera Contactless y es una opción de la tarjeta Visa.

  La única conclusión a la que soy capaz de llegar es que la ficción científica es cada vez más complicada y nos basta con tener un poco de imaginación y descubrir que todo está inventado.

sábado, 15 de mayo de 2021

Ficción-Ciencia

 Ciencia ficción para adolescentes, desafiar a la imaginación

  El otro día, comentaba la difícil que resulta escribir ciencia ficción (siempre hablo de mi perspectiva personal), especialmente para adolescentes. Los nacidos antes del cambio de milenio, hemos limitado nuestra imaginación tanto como nuestra capacidad de adaptación. La revolución tecnológica ha avanzado a una velocidad superior a nuestra capacidad de aprendizaje. 

  Cuando aprendemos a manejar una app, ya ha quedado obsoleta. Las redes sociales crecen y se multiplican de manera exponencial, por eso, cuando nos consideramos auténticos navegantes de facebook, otros navegan por twitter; cuando asaltamos twitter los jóvenes se habían trasladado a instagram,... y así una y otra vez.


  Con la tecnología, los avances y los nuevos descubrimientos, nos pasa exactamente lo mismo. Los niños de los '70, alucinaban con puertas correderas que se  abrian cuando te acercabas. Los niños de los '80 se imaginaban, de mayores, conduciendo un coche volador. En los '90 solo podían pensar en como hacerse con un patinete volador.

Pero la realidad está aquí.

Si el cine nos mostraba un coche volador, la ciencia lo intentaba.  ¡Adiós a las ruedas el coche volador está aquí!. 


  la empresa EHANG ha comenzado a comercializar este tipo de vehículos, principalmente para ser utilizados como taxis. Cierto, sí, tenéis razón. Este vehículo, más que un coche volador parece un helicóptero monoplaza. Tiempo al tiempo.

  Se trata de la tecnología dron, un sistema de vuelo bastante sencillo que ha llegado a crear todo tipo de vehículos. Desde el juguete hasta el sistema de vuelo no tripulado del ejercito, esta tecnología nos ha ayudado a alcanzar sueños imposibles, hasta ahora.


 Lejos estamos, o eso parece, de lograr sistemas antigravedad, esa forma de volar mediante imanes que ha servido al tío Musk a desarroyar un tren, sin ruedas, capaz de alcanzar los mil kilómetros por hora (y sin contaminar). Pero la tecnología dron nos ha permitido igualar a Marty McFly, el personaje interpretado por Michael j. Fox en la trilogía de regreso al futuro.


 La compañía Omni Hoverboards ha logrado el monopatín de nuestros sueños, ha convertido la ciencia ficción en realidad, ya no sabemos que más imaginar debería haber algo imposible de diseñar, una máquina un juguete, cualquier cosa. Pero la ciencia viaja más rápido.

  En la actualidad ser adolescente es más complicado, quedan pocas cosas nuevas por imaginar. La colonización de Marte ya es un proyecto real, los viajes más allá de nuestro sistema solar... (que le pregunten a la sonda Voyager). 

  Entonces ¿qué podemos ofrecerle a los jóvenes?, ¿cómo les sorprendemos?.

jueves, 13 de mayo de 2021

Mi mayor desafío

   Ciencia ficción para adolescentes, el género más difícil.


 Existen cientos de géneros literarios, no sabría decir cuantos, pero sin duda tantos como escritores.  Esa es mi opinión, claro.

  Muchos son los lectores capaces de enumerar los tipos de libros: Ensayos, biografía, novelas, teatro, poesía; también las artes plásticas pueden ser publicadas en papel, ofreciéndonos libros de arte pictórico, escultórico, fotográfico, incluso arquitectónico.

Cada variedad dispone de su propio surtido de géneros, como no es mi intención discutir, trataré de los más conocidos para mí. Pero ojo, siempre dentro de la novela.

  La literatura femenina es, desde mi punto de vista, la novela que mejor se ha adaptado a los nuevos tiempos. Durante mi niñez solo conocía la literatura romántica, y ahí está lo bueno de crecer. Con el tiempo descubrí algunas novelas biográficas muy interesantes, algunas de gran profundidad, con claros aspectos dramáticos, pero otras también desplegaban un carácter plenamente aventurero. En la actualidad no soy capaz de distinguir la literatura femenina, pues abarca más géneros de los que puedo llegar a imaginar. 

Para ser sincero, a día de hoy solo soy capaz de distinguir entre las novelas que compra mi mujer y las que compro yo. Debo confesar que leo tanto las suyas como las mías. Y me encantan.

  No me desvío más, vamos al tema. Personalmente me gusta el género fantástico: el terror, la fantasía, incluso las novelas de espías. ¿Qué?, ¿no son de género fantástico?. Las novelas de Stephen King, el rey del terror, mezclan el misticismo de las antiguas religiones, los mundos paralelos, las crímenes psicológicos. Michael Crichton, otro de mis autores de cabecera, acude a la ciencia, para relatarnos la tecnología de los nano robots, del mismo modo que se atreve a recrear los mitos vikingos, a modo de historia real. Robert Ludlum nos presentó al más impresionante de los espías, un justiciero, un héroe, y sin despeinarse ni agotar la tinta, nos arrastra por todo el mundo con aventuras impresionantes.  No podéis decirme que todo esto no es fantástico.

Vale, sí, lo reconozco. Cuando hablamos de género fantástico pensamos en dos cosas, espadas y hechiceros. Claro que, a mí, me gusta también la ciencia-ficción (con o sin guion, eso es a gusto del consumidor), y me gusta considerarlo un género fantástico.



La ciencia ficción es uno de los géneros más difíciles, todo está inventado, no hay sito para la imaginación, solo somos capaces de ofrecer diferentes puntos de vista y siempre sobre dos posibles futuros: Utópico o distópico.

  Cuando hablamos de ciencia ficción hablamos del futuro, ¿o no?. 


Podemos imaginar un futuro apocalíptico, donde la civilización ha desaparecido y los supervivientes luchan entre sí por los últimos restos de comida, agua o combustible. En ocasiones las tres al mismo tiempo.

 La culpa de esto es sin duda de H.G. Wells, quien nos arrastró con su dichosa máquina, hasta un futuro horrible. 

Otra manera de ver el futuro, es a través de la tecnología, el avance del conocimiento y los viajes espaciales. Podemos visitar nuevos mundos, colonizar planetas desconocidos, enfrentarnos a terribles alienígenas (o hacernos sus amigos) y viajar más allá del Universo. Incluso a través del tiempo.

A mí me encanta.

 Me encanta descubrir nuevos mundos, viajar por el espacio y ver los maravillosos adelantos tecnológicos. La ciencia es parte fundamental de estas aventuras y la ficción viene de la mano de sus personajes. 

 A la hora de escribir, mi mayor enemigo es la ciencia.  

  No, no estoy loco. La ciencia no se detiene, nunca lo hace, y todo aquello que somos capaces de imaginar, lo convierte en realidad. 

  Pero no quiero aburriros, ya he hablado demasiado. Si queréis seguir hablando sobre el tema os diré mi opinión. La ciencia ficción es difícil, complicada y requiere de mucha imaginación, pero escribir ciencia ficción para adolescentes es una locura.

 Las nuevas generaciones han nacido en una era tecnológica. El terror, las aventuras, las emociones fuertes, las experimentan en segundos y pasan al siguiente nivel. Los adolescentes están mejor preparados, son más listos y tienen a su alcance el mejor sistema de información y comunicación. Ya lo han visto todo; la era digital, la realidad virtual... Nada es sorprendente para ellos. 

¿ Como se puede llamar su atención ?. Ni idea, si alguien conoce la manera es un verdadero genio. Por otro lado, escribir para adolescentes es más gratificante. No importa lo que seas capaz de imaginar, si se puede hacer realidad, ellos lo harán. 

  De ese modo, las nuevas generaciones, han convertido la ciencia ficción en una fuente de inspiración para las nuevas tecnologías, ¿o no?.


 De eso hablaremos el próximo día.

  

Bienvenidos a Nuevo Sistema

  Nuevo Sistema es una tecnocracia instaurada a finales del siglo XXI, de la llamada prehistoria.   Sus orígenes resultan inciertos, pues a...